sábado, 19 de octubre de 2013

1. Los orígenes no se olvidan


Después de cinco años todos aquellos planes infantiles habían quedado en el olvido, o casi. Esa ilusión que de niños nos llena se desvanece con la edad. Pero no del todo. Si buscamos en lo más profundo de nosotros mismos aún podemos ver un atisbo de nuestro niño interior.

El día que la señorita Bones anunció que harían una salida al campo, la emoción de la aventura volvió a invadirlos. Todavía se sentían capaces de todo lo que de niños imaginaron.

No eran más que un par de días a la intemperie, bajo el sol, ya que era en pleno agosto. Mas, todos se alegraron al oírlo. Pues, dados los pocos medios que había, hacer una salida era toda una aventura para ellos, que pasaban los 365 días del año entre cuatro paredes o en la reducida área del huerto que usaban como patio.

El día de la excursión, todos los niños estaban nerviosos, ilusionados, y sobre todo, ansiosos de que llegase el atípico evento. Todos, excepto John.